El juntarse los buenos amigos en torno a una buena mesa es algo que se hace desde tiempos remotos. Yo con mis amigos lo hacemos con relativa frecuencia. Hay quien dice que es una buena excusa para beber y estar juntos (risas y más risas), pero últimamente nos gusta hacer turismo gastronómico virtual (por eso de no salir del campo de Cartagena y disfrutar de platos y bebidas de otros sitios…).
Hoy nos ha tocado el comernos un buen arroz con bogavante. Como entrantes nos hemos comido unas ostras (menudo trabajo el abrir las ostras).
Tras la sabrosa comida he preparado un nuevo cocktail para refrescar la tarde. Esta semana ha tocado la “caipirinha” de Brasil. La receta la tenéis en el video. Básicamente es saber mezclar con brio el zumo de lima con azúcar, hielo y cachaza (aguardiente nacional de Brasil). La cachaza, según la leyenda, es divina y diabólica a partes iguales. Según la legislación brasileña, la cachaza es todo aquel “producto alcohólico obtenido a partir de la destilación del caldo de caña fermentado, debiendo presentar una gradación alcohólica entre 38 y 54 grados”.
Como podéis ver en el video la cachaza ha hecho honor a su leyenda. Cuando tomas la caipirinha te sientes en la gloria… ese sabor ácido, dulce y alcohólico… es frescor en la boca…. Al final, el aspecto diabólico de la cachaza se impuso… joder con la cachaza, joder….
Cuenta la leyenda brasileña que un día en el que el sol calentaba con fuerza la faz de la Tierra, decidió Dios dar un paseo. Al rato, se sentó a la sombra de un cañaveral para descansar. Para saciar su sed, chupó una caña de azúcar y, al encontrar tan sabroso y refrescante el jugo exprimido de la planta, la bendijo para que proporcionase un alimento nutritivo y dulce a los hombres. Así nació el azúcar.
En ese mismo día, el Diablo salió de las calderas del infierno echando fuego y humo por sus cuernos y rabo. Se sentó en el mismo cañaveral, y chupó una caña de azúcar. Como tenía las manos tan calientes, el líquido que de ella brotó le quemó la garganta. Por ello, el Diablo maldijo la planta para que los hombres extrayesen de ella una bebida tan ardiente como el fuego del infierno. Y así nació la cachaza.