La ira y la desesperación pudo este martes con una víctima de la bomba de ETA en Lazcano, que ha perdido su casa en el atentado. Armado con un mazo, destrozó la “herriko taberna” de este municipio. Tras ser arrestado por la Ertzaintza, quedó en libertad con cargos.
Está claro que en un estado de derecho como el nuestro, nadie puede tomarse la justicia por su mano… pero en este caso concreto, aplaudo el par de cojones que ha tenido Emilio.