¿Queréis dejarnos tranquilos?

Vergonzosa la campaña de la Conferencia Episcopal contra la reforma de la ley del aborto.
¿Qué tendrá que ver el niño de la foto con un aborto? No se asesinan niños, por favor, que esto está más que superado. España ya tuvo su proceso para posicionarse en favor del aborto hace 20 años. Tenemos una ley similar a la que tienen los países de nuestro entorno. Una ley que ni siquiera, cuando mandaba la derecha (el bigotudo del Aznar) se cambió. Esto está más que superado. La reforma de la ley que se está debatiendo en el Congreso de los Diputados trata de ampliar los supuestos de la Ley del Aborto, pero no es un debate sobre el aborto… esto ya lo tuvimos… nuestra sociedad ya se posicionó a favor del aborto libre y gratuito…
Ahora la Iglesia vuelve a la carga con una nueva campaña. Y en vez de hacerla en su hoja parroquial, en vez de destinarla hacia sus feligreses, en vez de meterse en sus asuntos… nos la hacen tragar al resto de la sociedad civil española.
¿Quién se habrán creído que son estos católicos? ¿Con qué derecho se creen de tratar de influir en la política de una país laico como el nuestro? Ellos que hablen a su feligresía. A nadie nos asombra que la Iglesia se posicione en un tema tan delicado como el aborto. Pero sus consejos que se los den a sus socios. Incluso que les imponga a sus socios un código de conducta, allá ellos. Pero las leyes las hace el Parlamento, que son los depositarios de la soberanía nacional. ¿A los clérigos quién los ha votado? ¿quién los ha provisto de la capacidad de decirnos al resto de los mortales lo que está bien o mal? ¿de dónde sacan la legitimidad para ello?
Y el caso es que, si su campaña se hubiera ceñido a su ámbito de actuación, a sus socios… pues no me parecería tan mal. Pero la campaña nos bombardea a todos. Han hecho dípticos, vallas publicitarias, anuncios de tv, cuñas de radio… Una campaña publicitaria destinada a todos los españoles, para que tomemos conciencia de lo malos que somos ya que protegemos antes a un cachorro de lince que a un cachorro humano.
Y los que sabemos lo que cuesta económicamente una campaña publicitaria a nivel nacional, no podemos dejar de preguntarnos: ¿cómo pagan la campaña?, ¿con recursos propios o con subvenciones públicas?. Es gracioso y paradójico que se dediquen a criticar la labor de quien, a través del ministerio de hacienda, subvenciona el sostenimiento de la Iglesia Católica. Ese dinero, ¿no se podría haber destinado a hacer labores asistenciales? Creo que la Iglesia hace mucho por los desfavorecidos, no lo dudo. Pero estos desfavorecidos, ¿no estarían mejor atendidos si todo el dinero de la campaña publicitaria se destinara a ellos?
Esto tiene una drástica solución. La revisión de los acuerdos entre Iglesia y Estado. Yo les cerraría el grifo y que cuando todo el dinero que manejen sea suyo que hagan lo que les de la gana con el.